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Fuente: La Prensa, 2003-10-17 |
Sección: Asaltos y Antecedentes
Dos v�ctimas fatales duran�te las movilizaciones de ayer elevan a 60 el n�mero de muertos en des�rdenes sociales ocurridos durante la actual gesti�n presidencial. El gobierno asegura que una de las personas que ayer fueron victimadas pretend�a asaltar la zona franca de El Alto y recibi� un balazo del guardia de ese lugar
La Prensa y El Alte�o
fotoEn el caso de la muerte de Jo�s� Luis Atahuichi, el gobierno asegura que �l muri� al manipu�lar dinamita inadecuadamente. Sin embargo, las autoridades admitieron que Manuel Huanca fue herido de bala en el cuello y est� en terapia intensiva. Otras personas ten�an esquir�las de "cuerpos met�licos irregu�lares", de acuerdo con los infor�mes m�dicos. DURA JORNADA La sangre, las balas y los gritos se apropiaron ayer de la localidad de Ventilla, donde efectivos policia�les y militares reprimieron a los vecinos y trabajadores mineros que se encontraban en el sector bloqueando v�as. Desde las diez y media de la ma�ana de ayer, los agentes de las fuerzas conjuntas desarrolla�ron un operativo de rescate de m�s de 30buses y una cantidad similar de camiones que se en�contraban varados en las inme�diaciones de la Apacheta desde hace dos d�as.
El minero los� Luis Atahuichi muri� a causa del estallido de un artefacto explosivo, en la parte baja izquierda de su cuerpo, que destrozo parte de su abdomen y su pierna. Ramiro Vargas fue aba�tido cerca de la Zona Franca. Durante las dos horas de enfrentamientos (de 10:30 a 12:30), las vidas de ni�os y mujeres tam�bi�n fueron puestas en riesgo al ser reprimidos por los uniforma� dos que lanzaban agentes qu�mi�cos.
En Ventilla, pobladores mu�nidos de piedras, palos y hondas destruyeron lo que encontraron a su paso en repudio al gobierno de Gonzalo S�nchez de Lozada. El sector entre Senkata y el cruce a Ventilla era un verdadero campo de batalla, con mineros de Huanuni que lanzaban cachorros de dinamita, residentes que tira�ban piedras, y polic�as y militares que disparaban balines, balas y agentes qu�micos.
Las piedras y las fogatas en la carretera le daban al panorama un aspecto desolador y lleno de peligro: se ten�an que sortear las arricadas que los vecinos hab�an construido para evitar el ingreso de militares y polic�as.
Pero la batalla se reanud� luego de la llegada del tractor del Servicio Prefectura! de Caminos (Sepcam) que abri� la ruta. Los m�s de 300 efectivos mili�tares y otros tantos polic�as, con el apoyo del Grupo Especial de Seguridad (GES), realizaron un barrido por los sectores de Senka�ta, Atipiris, 25 de julio y Ventilla para que la caravana pudiera salir del sector de la Apacheta sin in�convenientes, ante la vigilante mirada de los vecinos, que no descartan continuar bloqueando la v�a.
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