Los primeros heridos empezaron a llegar al Hospital Corazón de Jesús de esa ciudad a las diez y media, cuando las refriegas aún no habían terminado.

Uno a uno ingresó en este nosocomio de Villa Jesús del Gran Poder, cerca de la urbanización de El Kenko, con diferentes dolencias, la mayoría de ellas contusiones. El director del noso­comio, jorge Molina, no descarta que alguno de ellos haya sido herido por una bala.

Similar presunción es aplicable al caso de Ramiro Vargas, quien llegó al hospital alrededor de la una de la tarde ya muerto. Vanos fueron los intentos del personal médico por reanimarlo. La herida penetrante en el parietal derecho fue suficiente para dete­ner sus signos vitales.

Él fue la segunda persona reportada como fallecida. Antes se, supo del deceso de losé Luis Atahuichi, minero que prácticamen­te fue descuartizado, se presume, por el estallido de una granada de guerra. Esta teoría, que fue rechazada por el gobierno y la Policía, es-,s defendida por quienes estuvieron junto a Atahuichi en el momento de la explosión.

Uno de ellos es Federico Escobar, quien a raíz del incidente tiene una "herida penetrante en la cara interna del tobillo dere­cho", de acuerdo con el informe médico "Estábamos ocultos detrás de una pared, y ahí nomás sentimos la explosión... ni he sentido mi tobillo, sólo veía partirse a mi, amigo en miles de partes", relató el también minero y quien hoy se encuentra internado en el Hospital Obrero de La Paz, al igual; que sus compañeros Julio Flores y César Bohórquez, también tes­tigos de la explosión.

En el caso de estos dos últimos, el informe del médico tratan­te, Marcelo Sea, dice: "Flores fue herido por un explosivo de alta energía en muslo y pierna derechos, aunque sin compromiso óseo". Bohórquez "tiene una fractura expuesta en el fémur iz­quierdo por un explosivo de alta energía". En ambos se encontra­ron restos metálicos de forma irregular de hasta 2,5 centímetros, confirmó Sea.

Junto a ellos fue trasladado al Hospital Obrero Javier Huanca, quien tiene heridas penetrantes en su muñeca y su mano izquierdas, también con restos metálicos incrustados. "De frente nos han disparado, ni estábamos bloqueando. Al que le han dado en la cabeza casi estaba a mi lado... lo que más recuerdo es cómo chisgueteaba la sangre", recuerda el joven de la , zona de El Kenko.

Según el reporte médico, las cuatro personas internas en el Hospital Obrero están estables y fuera de peligro, al igual que los pacientes del Hospital Corazón de Jesús, salvo Manuel Huanca (en terapia intensiva), quien tiene una herida penetrante en el , cuello, que a la vez afectó a la vena yugular interna, causada posiblemente por una esquirla de metal.

Por su lado, el galeno del Hospital Obrero aseguró que las de "estos pacientes son "heridas por explosivos, con amplia lesión de la piel, tejido subcutáneo y llegan hasta el músculo, no son heri­das puntiformes como (las que causa) un fragmento de bala".